Los distintos elementos que conforman estos grises, fragmentos dibujados de la actualidad política y económica, delatan la necesidad de cuestionar nuestra percepción del mundo a partir de la información que consumimos y asumimos sin darnos cuenta. El hecho de dibujar está íntimamente relacionado con el hecho de tomar conciencia porque encuadrar la realidad nos ayuda a observarla con mayor atención para desvelar sus desmanes. Esa atención a la fisura de la totalidad implica poner en evidencia el abuso sin obstáculo, en cualquiera de sus formas, cuando el poder se ejerce como único sistema de conducta. Y, del mismo modo, implica adivinar la complicidad de los medios que le dan cabida en su propio beneficio. La grisalla uniforme encuentra un respiro en su envés cromático, precisamente en la fuerza de lo frágil que es potencia y no poder, despertando la necesidad de encontrar la viveza emocional que denuncie un fin que no puedan justificar los medios.
Mi pintura, velando, revela. En su devenir ha ido encontrando un modo de razonar diferente a partir de referentes decisivos y conceptos esquivos de una presencia tangible. Cada una de las secuencias temporales, de alto contenido narrativo y simbólico, ha ido estrechando su compromiso con cierto tipo de escritura donde la sucesión de imágenes va encontrando un hilo rojo en el tiempo. Una especie de pensamiento encarnado cuya intención es despertar la conciencia favoreciendo encuentros sensoriales y emocionales con el mundo al que pertenecemos, con su belleza y su conflicto. Una doble trama que, a lo largo de los años, se distingue como una inmensa red reversible desde lo sensible.
Las características icónicas, plásticas y conceptuales son el cambio de escala, el fuera de foco y de campo y las diversas tensiones compositivas; las superposiciones de contornos y formas; el uso libre de la luz, el color o la mancha; la doble visión simultánea: figurativa y abstracta; la diversidad estilística en el contenido de cada proyecto; las múltiples lecturas y referencias textuales, y la reinterpretación de los géneros clásicos como el retrato o el paisaje. Hablando de géneros, pero en otra acepción, también la relectura de la propia pintura fuera de la perspectiva de la tradición masculina.
Mi pintura sigue evolucionando a cada tanto como un movimiento constante de cercanía y de alejamiento consigo misma y, más allá de sus márgenes, en la relación íntima con otras miradas.
Maria Zambrano,la fuerza de la debilidad, razón pictórica, filosofía
Puedo luego soy, me rebelo luego somos. Dos citas unidas en una frase, de Simon Weil y Albert Camus respectivamente, revelan el sentido de estos rostros sin nombre de la dignidad humana. Los primeros 13 retratos de esta serie en proceso aparecieron al final de la muestra Seres fuera de campo, como conclusión inacabada y abierta a un nuevo comienzo. Mi pintura sigue avanzando retomando trabajos anteriores. En este caso concreto, a partir de Hannah Arendt y su singular concepto de paria consciente, se atreve a revisar, a modo de cita o escritura al margen, el sentido de los 48 Retratos ilustres del pintor alemán Gerhard Richter, también objeto de estudio en su día. La cita pretende despertar esta obra de su letargo ideológico e histórico y reponer ciertas ausencias en clave crítica, mostrar ese otro saber, desplazado por incómodo, que lamentablemente no ha dejado huella en las enciclopedias y que, sin embargo, existe.
banalidad del mal.
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