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El rostro oculto # 2003

El rostro oculto # 2003
La causa que impedía a la Mujer Elefante poder ver, verse y encontrar su propia voz, era la pérdida de la cabeza y, por tanto, de los sentidos. Ese rostro oculto por la almohada responde ahora a una serie de primeros planos extraídos de la Juana de Arco de Dreyer. Su tormento irá transformándose en una sucesión de gestos conmovedores. Frente al peso del saber cabe oponerse con otra verdad, aunque solo exista fuera de los márgenes de lo visible, como un tímido destello. Su verdad es su palabra, mínima expresión que da sentido a su existencia. Elemento exageradamente desproporcionado frente al magno discurso, convertido en artillería pesada, de sus oponentes. A pesar del miedo ella no renuncia, no puede fingir, no puede callar, no se deja convencer por retóricas, ni siquiera le disuade la razón a la fuerza, y esa es su lucha: su existencia es su condena. Defender su verdad le dará la vida aunque por ello muera en la hoguera. La indefensa pero insumisa mujer, protagonista de esta trama y de muchas otras, se enfrenta a todos siendo consciente de su fatal destino, y demanda con su vida la obligación de pensar.

Mi pintura, velando, revela. En su devenir ha ido encontrando un modo de razonar diferente a partir de referentes decisivos y conceptos esquivos de una presencia tangible. Cada una de las secuencias temporales, de alto contenido narrativo y simbólico, ha ido estrechando su compromiso con cierto tipo de escritura donde la sucesión de imágenes va encontrando un hilo rojo en el tiempo. Una especie de pensamiento encarnado cuya intención es despertar la conciencia favoreciendo encuentros sensoriales y emocionales con el mundo al que pertenecemos, con su belleza y su conflicto. Una doble trama que, a lo largo de los años, se distingue como una inmensa red reversible desde lo sensible.

Las características icónicas, plásticas y conceptuales son el cambio de escala, el fuera de foco y de campo y las diversas tensiones compositivas; las superposiciones de contornos y formas; el uso libre de la luz, el color o la mancha; la doble visión simultánea: figurativa y abstracta; la diversidad estilística en el contenido de cada proyecto; las múltiples lecturas y referencias textuales, y la reinterpretación de los géneros clásicos como el retrato o el paisaje. Hablando de géneros, pero en otra acepción, también la relectura de la propia pintura fuera de la perspectiva de la tradición masculina.

Mi pintura sigue evolucionando a cada tanto como un movimiento constante de cercanía y de alejamiento consigo misma y, más allá de sus márgenes, en la relación íntima con otras miradas. Maria Zambrano,la fuerza de la debilidad, razón pictórica, filosofía Puedo luego soy, me rebelo luego somos. Dos citas unidas en una frase, de Simon Weil y Albert Camus respectivamente, revelan el sentido de estos rostros sin nombre de la dignidad humana. Los primeros 13 retratos de esta serie en proceso aparecieron al final de la muestra Seres fuera de campo, como conclusión inacabada y abierta a un nuevo comienzo. Mi pintura sigue avanzando retomando trabajos anteriores. En este caso concreto, a partir de Hannah Arendt y su singular concepto de paria consciente, se atreve a revisar, a modo de cita o escritura al margen, el sentido de los 48 Retratos ilustres del pintor alemán Gerhard Richter, también objeto de estudio en su día. La cita pretende despertar esta obra de su letargo ideológico e histórico y reponer ciertas ausencias en clave crítica, mostrar ese otro saber, desplazado por incómodo, que lamentablemente no ha dejado huella en las enciclopedias y que, sin embargo, existe.Voluntad de recordar. Ser del limite. banalidad del mal.

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El rostro oculto

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