Mujer elefante (cuatro tiempos 1 y 2).16 x 12 cm c/u
Mujer elefante (acto IV).24 x 19 cm
Mujer elefante (acto V).32 x 24 cm
Mujer elefante (Preferiría).70 x 60 cm
Mujer elefante (último acto).32 x 21 cm
Mujer elefante (matriz).18 x 14 cm
Mujer elefante I (díptico).100 x 100 cm / 100 x 60 cm
Mujer elefante II (díptico).100 x 100 cm / 100 x 60 cm
Mujer elefante III (tríptico).160 x 110 cm / 160 x 300 cm / 160 x 160 cm
Mujer elefante III (parte 1).160 x 110 cm
Mujer elefante III (parte 2).160 x 300 cm
Mujer elefante III (parte 3).160 x 160 cm
Mujer elefante # 2002
Mujer elefante se inspira en El hombre elefante de David Lynch, la dramática historia de un ser deforme que sufre las atrocidades de una sociedad que no le acepta. Curiosamente, el protagonista de la película no podía dormir recostado sobre la almohada porque el peso de su cabeza podía ocasionarle la muerte, tal y como sucedió en la realidad. La confusión e inadaptación frente a los códigos sociales establecidos, el rechazo a la propia imagen, el aislamiento, la impotencia y el agotamiento ante la constante humillación, son solo algunos de los sentimientos compartidos. Las diferencias comienzan a observarse a partir de una serie de actos performativos donde determinados movimientos, ocasionados por cuerdas imaginarias, que tan pronto ciñen sus extremidades como le atan a la cabeza una pesada almohada, dislocan su cuerpo hasta hacerla caer rendida. Son metáforas que describen la presión de un exterior violento que produce una alteración cognitiva cuando parece imposible desafiarlo; y solo quitándose la almohada de la cabeza podrá salvar su vida.
Mi pintura, velando, revela. En su devenir ha ido encontrando un modo de razonar diferente a partir de referentes decisivos y conceptos esquivos de una presencia tangible. Cada una de las secuencias temporales, de alto contenido narrativo y simbólico, ha ido estrechando su compromiso con cierto tipo de escritura donde la sucesión de imágenes va encontrando un hilo rojo en el tiempo. Una especie de pensamiento encarnado cuya intención es despertar la conciencia favoreciendo encuentros sensoriales y emocionales con el mundo al que pertenecemos, con su belleza y su conflicto. Una doble trama que, a lo largo de los años, se distingue como una inmensa red reversible desde lo sensible.
Las características icónicas, plásticas y conceptuales son el cambio de escala, el fuera de foco y de campo y las diversas tensiones compositivas; las superposiciones de contornos y formas; el uso libre de la luz, el color o la mancha; la doble visión simultánea: figurativa y abstracta; la diversidad estilística en el contenido de cada proyecto; las múltiples lecturas y referencias textuales, y la reinterpretación de los géneros clásicos como el retrato o el paisaje. Hablando de géneros, pero en otra acepción, también la relectura de la propia pintura fuera de la perspectiva de la tradición masculina.
Mi pintura sigue evolucionando a cada tanto como un movimiento constante de cercanía y de alejamiento consigo misma y, más allá de sus márgenes, en la relación íntima con otras miradas.
Maria Zambrano,la fuerza de la debilidad, razón pictórica, filosofía
Puedo luego soy, me rebelo luego somos. Dos citas unidas en una frase, de Simon Weil y Albert Camus respectivamente, revelan el sentido de estos rostros sin nombre de la dignidad humana. Los primeros 13 retratos de esta serie en proceso aparecieron al final de la muestra Seres fuera de campo, como conclusión inacabada y abierta a un nuevo comienzo. Mi pintura sigue avanzando retomando trabajos anteriores. En este caso concreto, a partir de Hannah Arendt y su singular concepto de paria consciente, se atreve a revisar, a modo de cita o escritura al margen, el sentido de los 48 Retratos ilustres del pintor alemán Gerhard Richter, también objeto de estudio en su día. La cita pretende despertar esta obra de su letargo ideológico e histórico y reponer ciertas ausencias en clave crítica, mostrar ese otro saber, desplazado por incómodo, que lamentablemente no ha dejado huella en las enciclopedias y que, sin embargo, existe.
banalidad del mal.
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